Morgan no quiso hacer nada malo ese día. En realidad, ella quería hacer algo bueno. Pero su acto bondadoso desembocó en una tragedia mortal. Para seguir adelante, Morgan debe aprender a perdonar, primero a alguien que hizo algo imperdonable y también a ella misma. Pero ella no consigue hacerlo. Ni siquiera puede ir más allá de la puerta del apartamento que comparte con su madre y su hermano pequeño. Morgan se siente como si estuviera bajo el agua, incapaz de salir a la superficie. Incapaz de ver a sus amigos. Incapaz de ir a la escuela... Cuando parece que ya no puede contener la respiración por más tiempo, un adolescente aparece en el apartamento de al lado. Evan le recuerda el aire salado del océano y las sensaciones que solía tener cuando nadaba. Él podría ser lo que ella necesita para reconectarse con el mundo exterior. Es una novela poderosa y esperanzadora sobre la redención, la recuperación y la búsqueda de la fuerza que se necesita para enfrentar el pasado y seguir adelante.

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