En el mundo occidental la perspectiva mecanisista del universo ha influido enormemente en la forma de abordar cualquier proceso de aprendizaje. El enfoque en lo externo y lo técnico que se deriva de esta visión pasa por alto ciertas cuestiones internas de aprendizaje, entre ellas, como enfrentarse al miedo y a la falta de confianza, la intuición o la conciencia. De ese modo se han descuidado importantes factores que pueden llegar a obstaculizar el proceso de aprendizaje natural. Por muchas técnicas y conocimientos que poseamos, muchas veces somos nuestro peor enemigo, y, por tanto, poco podremos avanzar sin un sincero reconocimiento de los obstáculos internos que nos ponemos a nosotros mismos. Pero en los casos en los que sí llegamos a reconocerlos, tendemos a ser tan duros y críticos que nos incapacitamos para mejorar o hacer algo al respecto.