Jaime Ramos es un inspector de homicidios de la Policía Judicial en la ciudad de Oporto. Es muy reservado, no comparte sus opiniones ni sus creencias, no comunica mucho de los resultados de su trabajo; todo lo que sucede en el mundo es, para él, tan humano que no le suscita grandes reparos. Su historia personal está llena de problemas afectivos, familiares y de alcohol. Dos sucesos lo marcaron para siempre: su infancia, vivida en una finca de Guinea que le dejó experiencias duras y una sordera que la acompañará siempre y que usa a conveniencia. En El mar en Casablanca, Jaime Ramos intenta descubrir que relación existe entre un cuerpo encontrado en los bosques que rodean al Vidago Palace y un asesinato en el impresionante paisaje del Duero. Los recuerdos de tumultuosos acontecimientos ocurridos en mayo 1977, en Ángola, parecen se la clave, y Ramos se reencuentra con su pasado, con la guerra colonial y con un personaje que lo ha perseguido como una sombra, desde hace treinta años.