Este libro describe la forma cómo la Suprema Corte ha logrado que la Constitución sea un buen resguardo de los derechos fundamentales -ya sea avalando la constitucionalidad de la legislación protectora o previendo su aplicación en la forma más amplia posible-, a través de dos casos que documenta, resueltos por el Pleno entre 2009 y 2010. Uno es sobre las implicaciones del derecho a la identidad sexual y de género, mediante la resolución a favor para que le fuese expedido un nuevo documento de identidad en razón de su reasignación sexo-genérica a una ciudadana que así lo exigió.   El otro versa sobre la garantía del derecho a no ser discriminado por orientación sexual, al declararse la validez de las reformas al Código Civil del Distrito Federal que reconocen el matrimonio como "la unión libre de dos personas", y por tanto, incluso de personas del mismo sexo, así como la adopción de niños, niñas y adolescentes por estas parejas. El propósito de esta publicación es profundizar en la trascendencia que encierran estos fallos para la jurisprudencia mexicana sobre derechos fundamentales.   Se trata de una obra de gran relevancia, pues constituye un estudio sobre casos de derechos humanos escrito por dos jueces de constitucionalidad, uno de ellos, además, ponente de los proyectos de las sentencias que se documentan, en el que se hace referencia a la igualdad como prohibición de discriminar; un tema incipiente aún en la práctica jurídica mexicana; presente apenas hace diez años en la Constitución, y que a pasos vacilantes ha ido tomando carta de naturalización en la legislación federal y local, en los diseños institucionales, en la práctica jurisprudencial. Asimismo, es de singular trascendencia, ya que aborda los derechos que confluyen en la identidad sexo-genérica y en la orientación sexual; un tema de minorías, y de reivindicación de derechos del llamado colectivo LGBTTI, uno de los sectores más invisibilizados en la sociedad mexicana.