# 313. Un rosillo inmortal / Un tlacuache vagabundo

CORTINA, MARTIN
# 313. Un rosillo inmortal / Un tlacuache vagabundo
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# 313. Un rosillo inmortal / Un tlacuache vagabundo

CORTINA, MARTIN

Si Platero es uno de los burros inmortales de la historia de la ternura humana, ¿por qué un caballo no había de tener su biógrafo? Martín Cortina ha contestado tácitamente la pregunta, dando patente de elegancia tropical, en páginas henchidas de pólenes aromados, al hijo airoso de Blanca Espuma. Pasan por la llanura del recuerdo los caballos próceres que Bernal Díaz del Castillo describe con pintas y señales; se azora luciendo su blanco lunar en la frente, el caballo del cacique en la conquista de Querétaro; y sentimos el trote suave del que montaba magníficamente el Virrey Luis de Velasco. Pero este caballo con belfo Heno de aurora y con nombre homónimo del rocío relincha y galopa a lo largo de este relato, sintiendo con fruición la electricidad de su tierra, ufano de su crin, saturado de gozos montaraces, mientras se le ensanchan el horizonte y la ilusión del vivir. Martín Cortina hace hablar a este caballo, le acompaña en sus correrías por pueblos y alcores, casi con los ojos cerrados, porque se sabe de memoria gentes y árboles, veredas y barrancos, y tiene un hilo mágico para no perderse en el laberinto de las selvas y reconocer, entre la noche, las huellas de los animales que charlan locuazmente en mis fábulas. Martín conoce, como la palma de su mano, las aguas y las flores, las sonrisas de las mujeres y las canciones de los hombres y con su fino ojo es una abeja en la flor encendida de los paisajes; sabe descubrir lo que más le embelesa, lo que le sale al encuentro con bri11o primordial y voz incoherente. Conoce los caminos poco transitados, las plantas de nombres eufónicos, los bailes y las más puras joyas del folklore popular, y se diría que posee una llave para abrir con facilidad muchas puertas. Por eso, al acompañarle a presenciar las aventuras y peripecias de este caballo, se oye la música del agua entre corimbos, bajo atardeceres de milagro y a la vez se comparte la cordialidad de los campesinos que hablan un lenguaje clásico y tienen un estilo de vida

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