Esta novela y su continuación La cazadora de cabelleras. son las más bien compuestas entre las que Salgari situó en Estados Unidos, en la época en que los Pieles Rojas eran despojados de su territorio por los blancos. Todas estas novelas tienen un genuino fundamento histórico y un marco geográfico preciso. Deben haber sido escritas alrededor de los años noventa del siglo XIX, cuando Salgari se encontraba en sus maduros treinta; y sus respectivos argumentos se desenvuelven más atrás, entre 1863 y 1867, y aún en los cuarenta y cincuenta de la pasada centuria, épocas que para el escritor veronés eran, aunque reciente, ya historia. Salgari no llegó quizás a enterarse de que sus tan conocidos Pieles Rojas lograron -pocos años después de que él narró sus vicisitudes y revanchas- que el gobierno de Estados Unidos les reconocieron como propio un territorio de regulares dimensiones que se denominó El Indio, y que estaba rodeado por los Estados de Kansas, Missouri, Arkansas, Colorado, Nuevo México y Texas. Poco, tal como a ellos, le hubiera durado el gusto, porque en 1907 cuatro años antes de que Salgari muriera- el Presidente Teodoro Roosevelt, según se dice a solicitud de los numerosísimos blancos que habitaban en El Indio, incorporo este , territorio, con el nombre de Estado de Oklahoma, a la Unión Americana.