# 453. Nido de hidalgos / Primer amor

TURGUENIEV, IVAN
# 453. Nido de hidalgos / Primer amor
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El nido de hidalgos representa en el conjunto de las obras de Turguenev lo que en la vida humana la hora inevitable de emoción tierna y cariñosa, que aun los pechos más endurecidos han probado, en ninguno de sus trabajos, salvo quizás en las Reliquias vivas, demostró Turguenev más profundidad de sentimiento. Las Reliquias vivas es una lágrima de compasión cuajada y engarzada en oro; El nido de hidalgos es el trágico dolor de la felicidad entrevista y perdida, del cielo que se entreabre y luego se cierra y se toma bóveda de bronce o sorda y helada. El protagonista, un hidalgo ruso, Laureski, engañado y vendido por su esposa y separado de ella, vuelve a su casa solariega a ocultar su desaliento y soledad, y en un círculo de vida provinciana, honesta y sencilla, encuentra a una prima suya, joven, hermosa y cándida, que se prenda de él. Corre el rumor de la muerte de la esposa de Laureski y alienta en éste la esperanza de la ventura; pero la supuesta difunta resucita y se presenta a reclamar, con hipócrita mansedumbre, su puesto bajo el techo conyugal, y la niña enamorada se retira a un convento. Extractar argumentos así es un sacrilegio; hasta parece endeble y vulgar el enredo, frío y pálido el asunto. Lo interesante es la manera de exponer drama tan sencillo. No parece sino que el novelista, como en los antiguos relicarios, ha colocado un cristal al través del cual se ve latir el despedazado corazón de sus héroes. El fondo es digno de las figuras. La descripción de las costumbres provincianas, el campo y, sobre todo, el admirable capítulo final son el grado sumo de la perfección en el arte de hacer novelas. Así es que El nido de hidalgos produjo en Rusia una impresión que, según dicen, no puede compararse sino a la causada por Pablo y Virginia en Francia.

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