# 707. Rebelión en la granja / 1984

ORWELL, GEORGE
# 707. Rebelión en la granja / 1984
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El 1984 de George Orwell es un libro espantoso, que normalmente, hace estremecer a los que lo leen. Sin embargo, no ha producido el efecto que, sin duda, pretendía su autor. La gente percibió que Orwell estaba muy enfermo cuando lo escribió y, realmente, murió poco después. Le resultó casi agradable el frisson que los horrores del libro le proporcionaban, y pensó: Bueno, como es natural, todo no será tan malo como lo pinta, a no ser en Rusia. Es evidente que el autor gozaba con lo tétrico. Como gozamos nosotros, siempre que no lo tomemos en serio. Habiéndose tranquilizado a sí mismo con estas fáciles falsedades, la gente prosigue en su labor de hacer que se conviertan en realidades los pronósticos de Orwell. Poco a poco el mundo se ha ido acercando a la realización de las pesadillas de Orwell, pero como eso acercamiento ha sido gradual, nadie se ha dado cuenta de lo lejos que se ha llegado por esa ruta fatal. Así se expresaba en 1955 Bertrand Russell del famoso libro 1984, que había sido publicado seis años antes y en tan alta estima tenía ya las dotes proféticas de su autor. Hemos aludido a las reiteradas dificultades con que topó Orwell para poder publicar su Rebelión en la granja. Por fin apareció el libro, editado por Secker & Warburg en agosto de 1945, después de haber sido rechazado el original por no menos de cuatro editores el afio anterior. A partir de ahí se fueron sucediendo las ediciones, tanto en inglés como en otros idiomas, sin que antecediera a la obra prólogo alguno del autor. Pero en mayo de 1971 fue descubierto un ensayo inédito de Orwell que, según todas las probabilidades, escribió para que sirviera de prólogo a dicho libro. Se trata de un escrito un tanto destemplado, poco acorde con su reconocido equilibrio y prudencia, que tiene como título La libertad de prensa. Merece la pena reproducirlo aquí como pórtico del libro, porque en un fiel reflejo de las circunstancias que rodearon su impresión y del clima que se vivía aquellos días, tan poco propicio a la mesura.

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