# 91. PEQUEÑECES / JEROMIN

COLOMA, P. LUIS
# 91. PEQUEÑECES / JEROMIN
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También las criaturas literarias tienen sus padrinos. Hay parteros de almas, descubridores de mundo espirituales. No importa que su clarividente generosidad quede casi siempre confinada en el anonimato. Coloma (1851-1915) debe en gran parte el nacimiento de su novela más famosa el estímulo y ejemplo de su amigo, el novelista montañés José María de Pereda y Sánchez de Porrúa (1833-1906). Durante largo años Coloma se había consagrado con éxito al cuento, a la novela corta, al juego delicioso de pequeños cuadros entre sonrientes y pensativos, siempre enraizados en la tierra firme de la realidad. Me parece imposible le escribía Pereda que con los admirable elementos que hay prodigados en los cuadros sueltos de usted, no le sea fácil escribir una novela de las que hoy se necesitan. A pesar de las primeras indecisiones, de la falta de tiempo y salud, Coloma comienza a integrarse en 1887 por ampliar su campo de experiencia a la novela grande, después de haberse ensayado por diecisiete años al exclusivo ejercicio del cuento. Para diciembre de ese año, tiene ya el nombre de la novela que se titulará La samaritana; y en cuanto al argumento, escribe a Pereda: El que tengo escogido es interesante, práctico, trascendental; lo tengo bien conocido y estudiado y vendrá a dar contra una de las llagas sociales más asquerosas de Madrid, como pedrada en ojo de boticario.

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