En esta novela encontramos al líder único cuya presencia es ante todo una abstracción, la negación del individuo, la sustracción de la información: el gran hermano. Es, al mismo tiempo, una advertencia y un deseo. El autor ha construido una metáfora del imaginario social del siglo XX, al describir un país carcelario, vigilado por un lugar desde donde se ve a él y a todos.

Detalles