Su mujer lo dejó por Trey Rawlins, un joven deportista de éxito. Scott se culpa a sí mismo. Demasiado ocupado ejerciendo como abogado, descuidó su matrimonio, así que Rebecca buscó a otro hombre. Ahora, dos años después del divorcio, Trey ha aparecido muerto y todas las pruebas apuntan a Rebecca. Desesperada, decide acudir a Scott, que sigue queriéndola, para que la defienda de la acusación de asesinato. Scott se sumergirá en el mundo del deporte profesional para buscar al verdadero responsable de la muerte de Trey.