¿Por qué una "teoría crítica de la sociedad ", de inspiración marxista, llega a considerar la relación entre la extensión de la "forma-mercancía" y las mutilaciones de la existencia a ella enlazadas (la "reificación" de las relaciones sociales) ya no como el tema de sus enunciados sino como la amenaza principal que se impone sobre la posibilidad misma de enunciación? En la medida en que, a partir de los años cuarenta, la obra de Adorno se presenta como una tentativa de salir de tal "crítica de la crítica", diferente del silencio, ¿cuál es entonces ese discurso que de allí en más se sostiene sólo bajo el signo de "la posibilidad de lo imposible"? Si la reificación , lejos de inscribirse sólo en figuras, se ramifica en la sintaxis de una dominación que se ejerce como sobreproducción de ese sentido que Adorno llama "siempre semejante", entonces debe inventarse una nueva forma, sutil, de resistencia: el arte de producir sentido en un modo menor. En esta obra se ha querido describir la constitución de tal exigencia y justificar el nombre: la dialéctica negativa.