El tema de este libro, la antifilosofía en las escuelas y universidades, supone que tener una experiencia filosófica implica un proceso y un resultado que se inicia con un andar, para hacer este camino, de búsqueda de sentidos que van a incidir en las prácticas. Un andar que implica investigación pero también docencia, es decir apropiación por parte de los alumnos y los profesores, coordinadores; implica extensión. Para ello, deberá hacerse un puente entre la Universidad y la escuela, entre la Universidad y la sociedad civil. Esto implica no seguir un solo modelo de razón, una razón monológica, como afirma el epistemólogo y ex decano de proyección internacional, Félix Schuster, sino la búsqueda de un pluralismo epistemológico. Pues de lo que se trata es de buscar en la filosofía la especulación crítica; buscar un puñado de escenarios posibles: simplemente, el límite impuesto a la especulación no se encuentra en la realidad, sino en la imaginación misma. Desechada y desfavorecida de la educación sistemática, evitada y domesticada por el pensamiento hegemónico. En la publicidad, en la política y en las ciencias en general, la imaginación, muchas veces, es una escuálida y descalificada figura del conocimiento, que apenas puede permanecer de pie frente a la robustecida capacidad de calcular infinitesimalmente o de razonar en términos de extraer su potencial critico.