Este no es un libro de matemáticas, sino un libro de ilustraciones. Hay en él anécdotas banales, pero también pequeños dramas cotidianos, auténticas historias de una época pasada y sus costumbres que merecen ser dibujadas. Lo que pasa es que estas historias están contenidas en viejos problemas de aritmética. Su autor, aficionado a las historias y a las matemáticas, ha tratado de desplegar todos los recursos del ilustrador para resolver el dibujo. Empezando por intentar resolver el problema y obtener un resultado que queda, a veces, reflejado en la propia ilustración.