Las páginas que siguen bastan para explicar cumplidamente la excepcional contextura moral, el temple nada común y la loable decisión, que franklin demostraría lo largo de toda su vida. Todo ello a la vez que se nos describen sus numerosas inquietudes, traducidas siempre en realizaciones prácticas de valor inmediato y de luenga trascendencia, es decir, constituyendo un ejemplo de vida y sentido incomparables. Y que, en definitiva, hacen de esta autobiografía el más sugestivo y eficaz de los libros formativos que podemos poner en manos de la juventud. Aquel modo de vivir, reflexivo y austero, sin alardes, dio a los estados unidos de Norteamérica el más eficaz adalid de la independencia, y al mundo entero, el más genuino tipo de demócratas que es posible imaginar. Ni antes ni después, ha conocido Norteamérica un hombre que correspondiera tan cabalmente, así en su vida privada como en su vida pública, el concepto más puro del demócrata. Asceta de la acción, ha sido calificado con justicia, y precisamente en su autobiografía bien reconoce, aunque no se alcancen en ella todas las consecuencias de aquella condición.