¿Qué pasaría si las hermanas March, las queridas protagonistas del clásico Mujercitas, hubieran nacido en una sociedad totalitaria? En la ciudad ideal de Concordia, todos son buenos ciudadanos. Su día a día es plácido y sin sobresaltos, al menos mientras obedezcan las normas y al gobierno que los vigila en todo momento. Entre los buenos ciudadanos, la familia March es una de las más respetadas, y las hijas de la familia son todo lo que se espera de ellas: talentosos, dóciles, buenas hermanas y buenas ciudadanas. Todo esto cambiará en cuanto comiencen a ver las fisuras del sistema y comiencen a preguntarse si ese mundo en el que viven es tan ideal como parece.

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