Este libro trata de llegar al ser profundo de las cosas, única forma de comunicación poética. Pero también quiere llegar a la interrogación reflexiva, que es la manera de enriquecer el pensamiento. Intenta hacer sensible lo comprensible y comprensible lo sensible. Es éste el camino del aforismo, un juego dialéctico entre la reflexión y la emoción poética. Por esta senda, escapa el libro al lenguaje alienante de lo cotidiano y a las estructuras rígidas que ahogan la libertad del pensamiento, en la cárcel de la seguridad.