Nuevamente el lector tiene en sus manos una obra publicada en su primera edición hace 15 años. En ella se describe una rara y única perspectiva sobre la cirugía, la del humor, pero que tiene bases fundamentalmente académicas descritas en los temas sobre la formación del cirujano y el proceso del reforzamiento explicados ampliamente en la obra. El libro consiste en una recopilación de recuerdos de los jóvenes cirujanos en entrenamiento, manifestados por frases, comentarios, mandatos o críticas que en una forma explosiva reci bieron de un superior en algún momento y que se han mantenido a través de los años debido a las emociones despertadas, y por lo tanto imborrables de su memoria. La habilidad artística del Dr. Alberto Barrón plasma cada una de estas frases en una caricatura que intenta la representación de la imagen mental conjurada por el residente quirúrgico durante su formación. ¿Qué se manifiesta en cada una de esas frases mordaces, inesperadas, aparentemente críticas, plasmadas en dibujos en los que el sudor y las lágrimas brotan del rostro del residente de cirugía en formación? Primero nos introduce a un lugar casi sagrado, en donde el drama es de vida o muerte, el quirófano. Nos envuelve en la tensión que vive un cirujano en formación cuando el peso de la responsabilidad dobla su espalda, agudiza sus sentidos, lacera sus emociones y abrasiona sus nervios. Por último nos hace conscientes de que en un joven cirujano el adiestramiento no sólo conlleva el aprendizaje de destrezas psicomotoras, sino una formación completa con el desarrollo de actitudes y valores, temple, fortaleza, ecuanimidad y respeto.