En la antesala del final, el recuerdo se convierte en consuleo del alma. Traicionado por quien fuera su mejor amigo y principal impulsor para unirse a las filas sandinistas, Álvaro detalla el paisaje, las circunstancias de hambre, de abandono y dolor que sufre en su camino por derrocar a la dictadura. En medio de la desolación de un país en ruinas y con sus esperanzas destruidas, sobrevive el anhelo por su gran amor, Cecilia, quien es una fuente de inspiración en los momentos más duros de la guerra civil. Después de todo, cuando la muerte acecha solo quedan los recuerdos que, en nuestra infinita fragilidad, depositamos en un amor de juventud. Tal vez sea lo único que permanezca mientras lo demás es arrancado por el huracán de la desilusión. Como quien se desangra es el monólogo de un guerrillero que está viviendo sus últimas horas. Prendado de una retadora tristeza, este himno desesperado y lleno de melancolía expresa la complejidad del espíritu humano en circunstancias de extrema vulnerabilidad.