Un anciano no puede parar de llorar y busca un remedio para detener la tristeza que lo agobia. Unos periodistas comparten la historia truculenta de una jovencita que, luego de ser coronada reina de la fiesta local, es secuestrada por un hombre. Parejas que se preguntan si se les ha terminado el amor, o si alguna vez lo tuvieron. Cuentos que tienen por centro un vacío, una experiencia que, al ser atravesada por los personajes, deja en ellos no una sensación de cumplimiento, sino la sospecha de que permanecerán ajenos a la verdadera naturaleza de eso urgente que les ha sucedido; no podrán decir que lo comprenden, la verdadera vida es tajante pero inasible, aunque sea ya parte de ellos. Con este libro, Magela Baudoin se revela como una autora que sabe narrar desde las orillas, cercando con palabras sutiles, sugerentes, los conflictos y los deseos de sus protagonistas. La tensión se mantiene desde el principio hasta el desenlace, para después convertirse en la sensación de que algo ha sido revelado. Pero no todo. Y es ahí donde nos empieza a rondar el deseo de releer estos cuentos para continuar descubriéndolos.