Las confesiones de San Agustín, según opinión universalmente aceptada, es una de las obras cumbres y permanentes del espíritu humano, porque tratan del drama del hombre en su relación con la divinidad. Esta nueva traducción que intenta ser fiel al pensamiento original, quiere además acercar en lo posible el lenguaje y el pensamiento de San Agustín, autor de los siglos IV-V, al hombre de finales del siglo XX. Olegario García de la Fuente, catedrático de Filología Latina en la Universidad de Málaga y Doctor en lenguas semíticas, es un conocido y destacado especialista en "latín cristiano" y, sobre todo, en "latín bíblico". Por eso es también un traductor idóneo de Las confesiones. ya que San Agustín, en esta obra cumbre de su producción literaria, imita conscientemente el lenguaje de la vieja Biblia latina, obra que después de un primer rechazo en su juventud, orgulloso como estaba de conocer a fondo la lengua ciceroniana y virgiliana, leyó, meditó y hasta casi aprendió de memoria, después de su conversión. Las confesiones imitan, pues, el lenguaje de la Biblia, ya más en concreto el lenguaje y las ideas de los salmos penitenciales y de los salmos de alabanza y de acción de gracias, que se leían y recitaban en las iglesias de occidente.