Cuando Jocelyn Brandon murió (a una edad muy avanzada, como es lo normal en el caso de los magos), legó su casa a su nieto Andrew. Andrew siempre ha adorado la casa, en especial sus vidrieras mágicas. Pero ahora, al verse como dueño de ella, se da cuenta de que las cosas no son tan fáciles como pensaba: para empezar, están la guardesa, tiránica y vengativa, y el jardinero, maniático y gruñón (pero que, al menos, tiene una hermosa sobrina llamada Stashe). Además, no hay que olvidar a Aidan Cain, un huérfano de doce años que aparecer un día para solicitarle protección de unos seres mágicos (entre oros, Titania, Oberón y Puck) que lo persiguen, ni al señor Brown, un siniestro vecino que trata de invadir la barrera mágica que protege la casa.

Detalles

Otros libros del autor