La sintonía mantenida por México y España en sus relaciones cinematográficas se ha materializado en una afinidad que resulta imprescindible aislar y explicar. A ello viene a responder la labor de investigación de Ángel Miguel en este libro, en el que acomete el mapeado y el desarrollo historiográfico de uno de los ámbitos cruciales para entender la comunicación cultural mexicana y española en un periodo importantísimo para la creación de ambos imaginarios nacionales. Miguel parte de un amplio trabajo hemerográfico y de rescate de las fuentes administrativas y estatales. A éste sigue una labor analítica que le permite establecer tres momentos (reconocimiento, éxito y apoteosis) que explican la evolución de la implantación del cine mexicano en España, como una de las cinematografías internacionales más potentes en sus pantallas. La conclusión es que la configuración del cine mexicano, en sus géneros y estrellas, en las décadas de los treinta y cuarenta, permeabilizó las inquietudes respecto a la institución cinematográfica de la intelligentsia española, y se instaló para siempre en el imaginario popular español. Nos hallamos ante un libro que será un hito dentro de los estudios transnacionales, y sobre todo que evidenciará la comunicación entre dos cinematografías señeras habladas en español. Supone un trabajo historiográfico riguroso, pero también un relato muy ameno –acompañado además por programas de mano y otras atractivas imágenes resguardadas en archivos públicos y privados–, de un periodo crucial para entender el funcionamiento y la distribución de los cines nacionales en el periodo clásico.