En la Alemania de 1952, Halinka vive en un hogar para niñas, donde se muestra reservada, a pesar de ser muy valiente y astuta. Sus días transcurren entre evocaciones y el anhelo de volver a estar con su querida tía Lou. Cuando las niñas del hogar son invitadas a participar en una colecta de dinero, Halinka acepta ser voluntaria. Pronto ve en esta situación una oportunidad para visitar a su tía. Sin embargo, un paseo por los jardines de un palacio le traerá una felicidad inesperada, la cual cambiará sus planes y la manera de enfrentarse a la vida.