El protagonista de esta historia pareciera tener una imaginación demasiado suelta, pues para él su casa está llena de domadores de bestias, hombres bala, trapecistas, payasos y mujeres araña. Las ilustraciones parecieran confirmar que este relato es casi un sueño. Pero ¿es realmente una exageración? ¿Acaso los niños no conocen el medio que los rodea gracias al juego y las fantasías? Este libro es un homenaje a la inteligencia de los preescolares, que saben mirar una hazaña donde otros ven una tarea común y corriente.