La esposa de Shaul se ausenta de casa cada tarde para ir a nadar, o eso dice ella. Shaul, sin embargo, imagina cosas bien distintas: ve a su esposa con otro hombre, siente sus caricias, oye sus palabras, sabe que con él su mujer probará juegos que nunca ha experimentado con su propio marido. Despechado y loco de celos, inicia entonces un viaje nocturno que supuestamente habrá de llevarle al refugio de los amantes. Le acompaña en su periplo su cuñada, una mujer de mediana edad con la que no ha tenido mucha relación y que se embarca en esta aventura sin saber lo que la espera.

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