La vida de Ortega y Gasset coincidió con unas circunstancias complejas, las de la época que se extiende de finales del siglo XIX a la primera mitad del siglo xx, en la que se produjeron importantes transformaciones y convulsiones políticas y sociales y en la que en el terreno cultural y artístico se vivieron momentos de profundos y radicales cambios. Surgieron por entonces nuevas formas de enfrentarse al yo y al mundo, como las exploraciones de Freud sobre el subconsciente, la teoría de la relatividad de Einstein o los movimientos artísticos de vanguardia. El mundo asistía a una acelerada aportación de novedades técnicas, y se vivieron acontecimientos históricos como la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, el ascenso del fascismo, la proclamación en España de la Segunda República, la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial. Los intelectuales europeos que, como Ortega, llegan a la madurez hacia 1914 mostraron una actitud de rechazo al positivismo y a los ideales de vida de la burguesía de la segunda mitad del siglo XIX, caracterizados por una actitud de confortable seguridad y fe en el racionalismo, pero también se alejaron del idealismo de la primera mitad de ese siglo. Los hombres nacidos a finales del XIX tienen la percepción de vivir en un mundo en crisis y transformación, necesitado de nuevas orientaciones y valores. El deseo de superar el viejo orden cultural y social se une a grandes perspectivas ante lo que depararía el futuro de la época que empezaba, impulsada por los más jóvenes; aunque las esperanzas comenzaron ya a verse frustradas con el estallido de la Primera Guerra Mundial. «Muy siglo Xx» se consideraba Ortega y Gasset en un artículo de 1916, de El Espectador, en el que refleja su hostilidad contra el XIX y donde afirma que «no es dudoso que en superar la conducta de este siglo radica nuestro porvenir».