Lienzo del autor sin voz, del poeta maldito. En la presente novela, Rubén Don bordea los límites entre la autobiografía y la ficción (eso que Mario Vargas Llosa llama: la verdad de las mentiras) y recorre las calles de una Ciudad de México ataviada de nostalgias y amores perdidos que tan solo penden del hilo que se teje entre los espacios de la memoria. El protagonista de estas andanzas capitalinas busca reencontrar su origen, su centro, ese vínculo con la literatura que le ha alimentado el alma y le ha representado un salvavidas infinidad de veces en su existencia: leer y escribir. Sin embargo, una vez más la desolación nubla su presente y lo ha estancado en el peor de los abismos: ya no lee ni escribe. O lo hace a medias. Porque todo lo atormenta: un pasado y un futuro que no logra dilucidar. Esta es la historia de un hombre en caída libre sobre el pozo de la existencia. Rubén Don profundiza en las relaciones familiares, amorosas y paternales con notable honestidad, y despliega un mosaico de recuerdos que van recreando la psique de un personaje memorable, que, sin pudor, se desnuda frente al lector.