Pese a ser una historia individual, Dionisio, el niño del tren del norte refleja un fenómeno de gran amplitud: el de las más jóvenes generaciones centroamericanas sin futuro que persiguen el inasible sueño americano. Dionisio, detenido en Coahuila y entrevistado largamente por la autora, cuenta su odisea desde el momento en el que quiso escapar de la miseria y la violencia endémicas de su natal Honduras para encontrarse con lo mismo en México, país al cual entro a lomos del La Bestia. A ratos ingenuo, a ratos maduro, en el relato de su vida Dionisio deja constancia de las circunstancias difíciles que muchos niños como él han sufrido desde finales del siglo XX y principios del XXI, aplastados por las condiciones sociales y económicas que trajo consigo el neoliberalismo.