Los ciudadanos de la Europa de 1993 ¿serán los de un Estado supranacional, según el modelo de los Estados Unidos de Europa? ¿O bien serán los sujetos de derecho de una nueva democracia a escala continental? Responder a semejante pregunta exige una reapropiación crítica de las diversas concepciones de la filosofía política desde el siglo XVIII hasta nuestros días, incluyendo, sobre todo, las reflexiones acerca de la soberanía, la ciudadanía y la democracia.