Nos encontramos en el medio de una crisis de incalculables consecuencias, una preocupante amenaza sanitaria que se suma a las calamidades económicas producidas por la política económica implementada por el gobierno anterior, que hacia fines de 2019 dejaba una economía argentina en estado crítico, con una deuda impagable e índices de pobreza y desocupación en ascenso. Ese es el escenario que se le presenta al gobierno actual, a escasos meses de iniciar su gestión. Podemos vislumbrar que vendrán tiempos difíciles: todos los pronósticos proyectan una desaceleración aún más pronunciada de la economía local, ante una realidad internacional altamente volátil, con retroceso de las principales economías y retracción del comercio exterior. La suspensión de actividades y su consecuente caída de la producción en cualquier región del mundo significa una pérdida de innumerables fuentes laborales. Sólo por dar un ejemplo: se estima que, en los Estados Unidos, hoy epicentro de la pandemia, se perdieron 22 millones de puestos de trabajo, lo que eleva la tasa de desocupación a una cifra cercana al 17%. El momento actual en nuestro país exige dedicar los mayores esfuerzos a preservar el nivel de ingreso y empleo de la mayor cantidad de trabajadores/as posibles y atenuar el daño, para que el fin de la crisis posibilite retomar la senda del crecimiento y la mejora de los niveles de ingresos de quienes son el motor de la economía. Es en este sentido que el gobierno nacional tomó un rol predominante, incluso ante comparativas internacionales, para afrontar esta crisis con un Estado presente y activo. Es por estas circunstancias que debemos celebrar la iniciativa de Juan Pablo Chiesa. El presente trabajo que nos ofrece el autor es una herramienta fundamental para que quienes trabajamos día a día para que la presente adversidad no golpee con mayor virulencia a los sectores más vulnerables, podamos realizar nuestra labor con mayor empeño. En esta hora se hace fundamental la colaboración i