“Estoy feliz de anunciar que, después de discutirlo con mis hijos, mi familia y mis amigos más íntimos, he decidido volver al ciclismo profesional. La razón: lanzar una estrategia internacional por la lucha contra el cáncer. Sólo este año, ocho millones de personas en todo el mundo morirán de esta enfermedad.” Lance Armstrong, el hombre que superó un cáncer de testículo, el siete veces ganador del Tour de France, contaba así, el 9 de septiembre de 2008 su regreso a la competición. El suyo es un desafío: deportivo, humano y social. Quiere ganar su octavo maillot amarillo demostrando que la barrera de la edad es una leyenda. Quiere llevar desde Australia hasta Europa el mensaje de su fundación: no rendirse nunca ante la enfermedad. Una apuesta valiente de un texano que ha levantado críticas feroces y elogios desmesurados. El doble desafío de Lance Armstrong, el presente y el pasado de un campeón que ha sabido vencer la muerte y regresar a la vida