La palabra entusiasmo, de origen griego, significa emoción de las entrañas, agitación interior, posesión de los dioses. Es una riqueza interior que traspasa todos los estratos de la persona. Es densidad emocional que afecta al cuerpo, la vida mental, la imaginación, el plano de las relaciones sociales y la misma vida sexual. Es un tipo de energía que empuja a establecer vínculos, a salir de nosotros mismos para crear puentes de empatía y de complicidad.