Armando M. Morales nos dicta su Evangelio posesionado por sus instintos. Éstos se valen de la filosofía y de una teología herética para construir un ateísmo religioso, pasional. Poemas que son una rebelión con la normalidad porque ser normal, ser alguien que ha aceptado las reglas, es ser una persona que de improviso y sin darse cuenta puede volverse un objeto punzo-cortante.