El juez penal en el papel de juzgador hace sus consideraciones con una óptica pedagógica; los argumentos, apreciaciones y certezas personales deben estar basados en su justo raciocinio, en el contexto de una confluencia de rehabilitación argumentativa, moral, ética, social, democrática, garantista y objetiva al observar, escuchar y revisar un asunto en particular. Por lo tanto, partiendo de una ciencia ética, se pretende acceder de manera afanosa a una disciplina del derecho que concrete la intrínseca relación entre el juez, la ética, la moral y lo jurídico.