En esta historia de la experiencia humana, una de las Bellas Artes deja de ser meramente contemplativa y pasa a ser protagonista. Un niño recorre su ciudad, interactuando con las estatuas que encuentra en su diario aventurarse, cada día un poco más lejos de casa. La narración llega en un lenguaje amigable y divertido, la aventura se descubre a sí misma en los diferentes planos de existencia, en donde un soldado de hojalata, un caballo alado y un niño, remueven los cimientos del inexplorado mundo de las estatuas. Desde los tiempos prehistóricos, la escultura acompaña al ser humano. Las encontramos en toda la geografía del planeta. Además de disfrutarse visualmente tienen una conexión espiritual y mística, desde la belleza de la escultura helénica hasta las abstracciones, pasando por los vínculos religiosos, políticos y militares, sin excluir a las mitologías y leyendas fantásticas, que nos han heredado una vastísima presencia en todas las culturas del mundo.