Crudas e insobornables, las ilustraciones del dibujante de cómic Miguel Brieva analizan con humor ácido y espíritu crítico la sociedad en la que vivimos y arremeten contra sus grandes hipocresías. Crudas e insobornables, las ilustraciones del dibujante de cómic Miguel Brieva analizan con humor ácido y espíritu crítico la sociedad en la que vivimos y arremeten contra sus grandes hipocresías. «Al principio fueron dos o tres casos aislados. Luego tomó la dimensión de una epidemia. Frente a una múltiple variedad de síntomas y comportamientos anómalos observados, solo una cosa parecía haber en común: todos los afectados, sin excepción alguna, hablaban de él... [...] Gracias a la tecnología psico-telúrica que fue desarrollada expresamente para este menester, hemos obtenido los únicos testimoniales indicios, siempre vagos, fantasmagóricos y meramente orientativos, de cómo puede ser El Otro Mundo... »Del diálogo con los pacientes es fácil extraer que El Otro Mundo a menudo parece no tener ningún sentido... otras veces, en cambio, pareciera que tiene demasiado... »Lo que resulta más inquietante es que, tras décadas de pormenorizado estudio y dedicación, desconozco aún si se trata de un lugar concreto, una suerte de dimensión desconocida pero tan real como la realidad misma... o bien de un mero estado patológico de la mente... »Lo único que puedo decir con una fundamentada intuición y casi sin ninguna certidumbre científica es que El Otro Mundo existe, está ahí, en algún sitio, a dos palmos de su cara tal vez, y que usted o yo, por consiguiente, podemos tener la desgracia o la fortuna de llegar a conocerlo algún día...» Notas de trabajo del Dr. D. Spünz.Máxima autoridad en la cuestión. «Al principio fueron dos o tres casos aislados. Luego tomó la dimensión de una epidemia. Frente a una múltiple variedad de síntomas y comportamientos anómalos observados, solo una cosa parecía haber en común: todos los afectados, sin excepción alguna, hablaban de él... [...] Gracias a la tecnología psico-telúrica que fue desarrollada expresamente para este menester, hemos obtenido los únicos testimoniales indicios, siempre vagos, fantasmagóricos y meramente orientativos, de cómo puede ser El Otro Mundo... »Del diálogo con los pacientes es fácil extraer que El Otro Mundo a menudo parece no tener ningún sentido... otras veces, en cambio, pareciera que tiene demasiado... »Lo que resulta más inquietante es que, tras décadas de pormenorizado estudio y dedicación, desconozco aún si se trata de un lugar concreto, una suerte de dimensión desconocida pero tan real como la realidad misma... o bien de un mero estado patológico de la mente... »Lo único que puedo decir con una fundamentada intuición y casi sin ninguna certidumbre científica es que El Otro Mundo existe, está ahí, en algún sitio, a dos palmos de su cara tal vez, y que usted o yo, por consiguiente, podemos tener la desgracia o la fortuna de llegar a conocerlo algún día...» Notas de trabajo del Dr. D. Spünz.Máxima autoridad en la cuestión.

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