Esta madre insaciable, insatisfecha, a cuyo alrededor se construye toda la ascensión del niño por el camino del narcisismo, es alguien real, ella está ahí, y como todos los seres insaciables, busca qué devorar, querens quem devoret. Lo mismo que el propio niño había encontrado en otro momento para aplastar su insatisfacción simbólica, vuelve a encontrárselo tal vez frente a él como unas fauces abiertas. [ ] He aquí el gran peligro que nos revelan sus fantasmas, ser devorado. [ ] proporciona la forma esencial bajo la cual se presenta la fobia. Lo mismo encontramos en los temores de Juanito. [ ] Con ayuda de lo que acabo de aportarles hoy, verán mejor las relaciones entre la fobia y la perversión. [ ] Yo diría incluso que interpretarán el caso mejor de lo que Freud pudo hacerlo. (Del capítulo XI) Pero la castración, no en vano se ha visto, y de forma tenebrosa, que tiene tanta relación con la madre como ton el padre. La castración materna -lo vemos en la descripción de la situación primitiva- implica para el niño la posibilidad de la devoración y del mordisco. Hay anterioridad de la castración materna, y la castración paterna es un sustituto suyo. (Del capítulo XXI)
Detalles
- Editorial: PAIDOS
- Año de edición: 1984
- Materia Psicoanálisis
- ISBN: 9789501239041
- Páginas: 448
- Encuadernación: RUSTICA