Las dos partes que integran El Viejo Vals de Casa contienen en común al diarista. Estamos frente a varios años de trabajo, y muchos más de formación: sin embargo, no se trata de la investigación metódica y ordenada que se rinde finalmente bajo la forma de libro, tampoco de la cátedra que el profesor dicta de espaldas a pizarrón. No. Es la charla ilustradora que lejos de la pedantería, el diario nos permite recibir en la mesa, la sala, el escritorio o, incluso, hasta en el pesero o en el camión, multiplicando su eficacia ... La primera enseñanza desentrañable es la voz que da coherencia y expresión a un sinnúmero de voces. Efectivamente, a través de las entrevistas, los reportajes, las crónicas y los artículos de opinión, Víctor Roura hace el mapeo de la música (nacional y no nacional) en nuestro país, en la expresión de cada uno de sus hacedores, promotores e intérpretes. La voz del periodista se esconde, se hace a un lado para dejar hablar a los músicos ejercitando de manera inusitada un periodismo democrático.