Atribuirle a Stefaan van den Bremt una visión demasiado sobria del mundo y de sí mismo sería traicionar al poeta. Saber abrir los ojos no implica desesperación, y sabemos que, al madurar, la palabra elabora incesantemente un equilibrio más complejo y matizado entre afuera y dentro, pasado y porvenir, paliza y ternura. Desde luego, tal síntesis no resulta de una liberación intelectual sino del desarrollo natural de un temperamento. Si a lo largo de su obra Van den Brent tiende a usar del tono irónico o del trágico; si a la mascarada bufa del martes de carnaval le sigue miércoles de ceniza, cuando en su autoanálisis el poeta se asombra de no poder ni siquiera concebir de quién lleva la ceniza, he allí que notamos una antítesis explícita. Sin embargo, y ante todo en los poemas inéditos, se superponen a discreción los materiales de su inspiración, hasta llegar a realizar la ósmosis. Más que líneas acusadas que enmarquen los motivos hay cierta fusión de los tocamientos sensibles con miras a la impresión global. ¿Impresionismo? Más bien hallamos un estado de ánimo en que, sin regresar al arte o a la música de antaño y más allá de escuelas y movimientos, la mirada del creador percibe las señales de la realidad que resuenan en su mente.
Detalles
- Editorial: EL TUCAN DE VIRGINIA
- Año de edición: 2018
- Materia Poesía
- ISBN: 9786078276387
- Páginas: 416
- Encuadernación: RUSTICA