En el Jardín del Deseo contiene relatos que llegan al erotismo por caminos imprevistos. Al igual que otras obras de literatura erótica, produce un poco de timidez, como si uno, sin quererlo, estuviese espiando una escena privada por el ojo de la cerradura. El erotismo es la mejor expresión de una relación sexual regida por las fuerzas de la pasión y la fantasía. Sin la fantasía tal vez no sería posible enriquecer la vida conyugal, social y existencial. Las palabras disparan la lascivia y ésta es una conquista innegable del lenguaje, un milagro, magia pura. El flujo lingüístico despierta los sentidos y la palabra se convierte en acto. "A Sue le gusta que F le haga el amor mientras ella habla con su marido por teléfono. Le da un placer particularmente delicioso discutir detalles hogareños e intercambiar expresiones de cariño con su cónyuge ausente mientras la cara de F está enterrada en su entrepierna. La lucha por mantener confinada su voz a un ronroneo dulce de esposa, mientras reprime los suspiros y gemidos que le provocan la lengua ocupada de E, le causa estremecimientos sutiles..." "Tres días antes, cuando se conocieron en casa de un amigo, fue Ángela la que se le aproximó. La habitación se disolvió en la nada, dejándolos envueltos en una burbuja privada de sorprendido silencio. Se dirigen aturdidos al apartamento de Ángela. Cuando hacen el amor, parece casi la unión mitológica de las mitades separadas por largo tiempo de un cuerpo y espíritu completos. La mente de I. está cargada de imágenes arquetípicas: Shiva se fusiona con Shakti para convertirse en un cuerpo único en forma tan perfecta como el agua..."