El llamado “proceso contencioso administrativo” es una creación jurídica sin raíces en los grandes fundamentos del Derecho occidental. Surge con la Revolución francesa, se afirma consistentemente en los siguientes siglos, y se nos aparece ahora, al comenzar el siglo XXI, dispuesto como un modelo universal, como una de las piezas centralese ineludibles de lo que hoy llamamos Estado de Derecho. La prohibición a los tribunales judiciales para que conocieran de los asuntos de la administración dio lugar a la creación de un órgano jurisdiccional en el seno de la administración pública. Se creía que de esa forma se respetaba el principio de la separación de poderes, pues el órgano judicial no intervenía en los litigios en que era parte la administración pública, excepto en cuestiones de la propiedad. Los primeros constitucionalistas de México y Argentina vieron una mejor solución a los problemas de sus respectivos países en la constitución norteamericana, contrario a lo que sucedía en el viejo continente. Sin embargo, las legislaciones que regulan el proceso administrativo en ambos países aún consagran muchos dogmas que obstaculizan el acceso a la justicia y que vulneran el derecho a la tutela judicial efectiva. Es por lo anterior la importancia y trascendencia de esta obra, compuesta por ocho trabajos de especialistas en la materia, cuyo objetivo es la descripción, análisis y crítica del proceso administrativo, tanto en México como en Argentina.