No hay en toda la Biblia otro tema que llegue tanto al corazón de los hombres como el del Éxodo. Se trata del momento liberador por excelencia, cuando Dios, por propia iniciativa, se compromete a liberar a su pueblo, sumido en la esclavitud. Es el momento culminante en que Dios le propone al pueblo de Israel hacer una alianza de amor. El libro del Éxodo es el segundo libro de la Biblia y forma parte del conjunto de cinco libros llamado "Pentateuco", desde siempre, atribuido a Moisés. Los judíos la llaman "Torá". A ella le obsequian una especial veneración y preside todos sus actos de culto. En ella tenemos la fuente invaluable de los más ricos valores morales. El Padre Manuel Jiménez, con su estilo tan peculiar y característico de siempre, nos muestra como Dios le hace la gran revelación a Moisés: Él ha estado atento a la voz dolorosa del pueblo esclavizado, ha visto sus lágrimas y escuchado sus gemidos, ahora va a salvarlo. Confía a Moisés el gran encargo: "Yo te envió al faraón para que liberes a mi pueblo, lo saques de ahí". Además, le da una cita "Cuando hayas sacado al pueblo lo traerás aquí, a este lugar, donde yo hablaré con él". Un rabino famoso compara la libertad a las alas de una paloma y recuerda aquella historia de la paloma que se queja delante de Dios de que es perseguida por un gato. Dios le da un par de alas, pero la paloma vuelve y se queja otra vez: "Con estas alas menos puedo caminar". El Señor sonríe y le dice "Las alas son para volar…" Así, el vínculo con Dios no ata, es como un par de alas nuevas para volar