En su biografía intelectual, Malfé privilegió las manifestaciones subjetivas de acontecimientos cuyo despliegue tiene un centro aparente en las escenas pública y política de las sociedades de nuestro tiempo y que dan notable testimonio de la insuficiencia de las explicaciones "racionales" de los fenómenos de la psicología colectiva. De ahí su acercamiento a la psicología social e institucional psicoanalítica. La multivocidad del término "institución" trasciende el ámbito restringido de las organizaciones. El trabajo secreto de la historia de las instituciones sigue una lógica que brota de las exigencias implícitas en el fantasma, ficción o ilusión en la que estriba una solidaridad social. Este concepto de "fantasía" -Malfé lo define críticamente desde los pensadores griegos hasta su nueva especificación en el psicoanálisis de Freud- es la brújula conceptual que garantiza el estudio de las psicologías social e institucional psicoanalíticas. Estas páginas lo reconocen como el eslabón teórico que conecta el espacio psíquico individual con los ámbitos colectivos.

Detalles