Los cuatro elementos es uno de esos temas de los cuales todos creemos saber algo. Pero sobre los que en verdad poco y nada sabemos. Cuando alguien, por ejemplo, nos dice: Soy de fuego, todos damos por sobreentendido que con esas simples palabras nos transmite mucho de sí. Sin embargo, si le preguntamos a esa misma persona qué quiere expresar con ese comentario, probablemente nos conteste que alude al hecho de que es impulsiva, dinámica y llena de pasión por cada cosa que hace. Y tal vez no nos diga nada más. Lo más seguro es que no sepa nada más. Darme cuenta de que la mayoría de la gente (astrólogos incluidos) desconoce mucho del tema fue lo que me motivó a indagarlo y a preguntar. Investigar y observar la forma y estilo de comportamiento de cada elemento. Traté de responder a mis interrogantes más obvios, tales como: ¿Cuáles son los principales intereses de las personas de tierra, fuego, etc.? ¿Cómo es su vida afectiva? ¿Cuáles son afines entre sí y en qué aspectos surgen las diferencias? .Y, por supuesto, la pregunta más importante era: ¿Las características que nos confiere nuestro elemento son inmodificables o es posible desarrollar aquello que tenemos en falta?