Halo de Libélula es una historia de amor. Aurora (Libélula) y Javier (Halo) se conocen en un bar y de inmediato una cuerda emocional enlaza sus vidas para siempre. Se harán novios, se casarán, disfrutarán su matrimonio y se introducirán en un torbellino de sucesos que cimbrarán sus existencias. En este transitar, Aurora y Javier crearán una página en Facebook de ingeniosas frases amorosas que alcanzará miles de seguidores: Halo de Libélula. Los protagonistas de esta novela unen sus destinos poseídos por la fuerza de la pasión, infundidos por lo más profundo del sentimiento amoroso, agobiados por temores, dudas y equívocos. En este romance se busca la felicidad creyendo que es una tarea fácil. Pero la falaz meta exige antes superar difíciles obstáculos, sosegar los revuelos del corazón y hallar la paz donde menos se imaginan los personajes. Más allá de la anécdota, esta narración —construida con palabras y giros coloquiales del presente en México, que producen un estilo ágil, fresco y sencillo— es una reflexión sobre los sucesos que nos conducen por caminos imprevistos. Creemos que nos dirigen hacia ciertas personas, pero conforme se avanza, nos topamos con señales y acontecimientos (""sin cronísticos"", les llama el narrador recordando a Jung) que nos guían hacia otros seres y circunstancias. Al final, todo lo ocurrido tiene sentido.