Los hechos es una extraordinaria reflexión sobre el espejo roto de la memoria. La estructura fragmentaria de la novela refleja la cualidad inestable y transitoria de los recuerdos. Con calculada maestría, Bruno H. Piché entrelaza la vida íntima de su narrador con los avatares de su maestro, el canadiense Anton Lange, que en su juventud perteneció a las SS nazis. Arrepentido de su pasado, Lange delata a quienes perpetraron crímenes de guerra y escribe una obra que justifica su conducta, Culpa y redención. ¿Puede alguien reinventar su vida? Los hechos trata de una transfiguración moral. De modo más sorprendente, también trata del testigo de ese cambio de piel, que reinventa su vida a partir de otra persona. El examen del profesor es el aprendizaje del alumno. H. Piché entiende la historia del mundo como una diáspora: datos en fuga que al articularse conectan la vida pública con la esfera privada. Podemos escapar de nosotros mismos pero no de Los hechos, es decir, del flujo incontenible de la historia.