Recibe el nombre de Himnos homéricos una colección de 33 poemas líricos escritos en hexámetros, con influencia épica en el metro y en la lengua, dedicados a los grandes dioses o a divinidades menores y recitados con motivo de una fiesta o celebración. El hecho de denominarse Himnos homéricos no pretende indicar que el autor fuera Homero, sino notar que, desde el punto de vista formal, estos poemas tienen muchos puntos de contacto con el género épico y se oponen a Himnos de tipo diferente, como puede ser el caso de los Himnos órficos. Es posible que el modelo de estos Himnos estuviera en los de extensión reducida, como el XVIII, dedicado a Hermes, que consta de una invocación al dios, un breve mito y una fórmula de despedida. En los más extensos, la parte central, la mítica, se habría ampliado considerablemente. Por lo demás, sabemos que estos poemas servían de introducción a otros cantos, lo que se ve confirmado por el hecho de que a menudo concluyen con referencia "a otro canto". Lo que no sabemos es si anticipaban la actuación de un coro o si precedían a recitaciones épicas. Acerca de los autores de estos Himnos, en el III, dedicado a Apolo, el poeta se menciona a sí mismo como "un cantor de Quíos, donde existió una famosa escuela de rapsodas. En algunas composiciones presuponemos que el autor debía pertenecer a la región o santuario cuya divinidad es alabada en el poema, por el conocimiento que muestra sobre el lugar o el ritual al que se refiere.