En Hojas de Té de Mar Beltrán, se abre un camino para captar sensorialmente el movimiento, las formas y la vida de la naturaleza desde una visión que nos hermana con nuestro vecindario. Sus haikus son pistas para profundizar en la propia capacidad de percibir con nuestros sentidos el fino detalle del mecimiento del pasto, el color de un tomate o la sacudida de una Nochebuena ante el viento. En este sentido son haikus muy cercanos a la pintura, que me recuerdan la mirada del haijin japonés Yosa Buson. Algo a destacar en Hojas de Té, es que nos ofrece una muestra contemplativa de la naturaleza de nuestros territorios mexicanos, con miradas que crean puentes entre la naturaleza-cultura de México y Japón. En este libro vemos cómo el cerezo convive con el capulín, y que la viajera golondrina también habita en el vecindario, tanto como el colibrí. También resalta su observación de fenómenos con los que convivimos en los territorios mexicanos: la sequía, el viento llamado norte y el paso de las aves migratorias. Todo ello nos hace recordar que el haiku es una ventana de comprensión hacia los territorios y los seres vivos forjada con el cultivo de la atención y el corazón. Con ambas habilidades los seres humanos podemos desarrollar un sentido más pleno de coexistencia con la biodiversidad, ya sea en el campo o las ciudades. Yaxkin Melchy Tsukuba, 2021