Cuanto apuestas a que cuando vas de día de campo y sientes mucho calor, buscas refrescarte bajo la sombra de un árbol; a que cuando ya te vas a dormir y hace frio, te acurrucas en tus cobijas; a que cuando estas triste, platicas con alguien para que te alegre con palabras divertidas y frondosos abrazos que son como el abrigo que nos dan el árbol y las cobijas. En Hombrecitos, serás testigo de que el poder de la convivencia humana es capaz de mejorar hasta al niño más agresivo, siempre y cuando reciba el cobijo de un trato paciente y comprensivo, como el que papa y mama Bhaer saben dar a los niños huérfanos que llegan a vivir a la casa llamada Plumfield, y que como tú, también se entretienen con los juegos y las aventuras.

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